viernes, 30 de diciembre de 2016

LISTAS 2016


No podía faltar, es mi pequeño homenaje, una forma de agradecer a todos esos que tan generosamente comparten su sabiduría y conocimiento musical. Aquí están algunas de las listas de blogs, webs y revistas que sigo durante todo el año. Yo, que soy incapaz de hacer una lista sin arrepentirme a los treinta segundos, no dejo de admirar la maestría que tienen otros de hacer listas musicales de todos los colores y un año más las robo para que los que os apetezca visitarlas. Aquí os dejo los enlaces a sus blogs o webs; está claro que nos están todas y que las iré ampliando estos días. Así que, a todos los enlazados, sois la caña,  muchas gracias y feliz año 2017, que no pare la música. 












...Y ALGUNOS MÁS QUE IRÉ INCLUYENDO...MIL GRACIAS...DE CORAZÓN

viernes, 2 de diciembre de 2016

THE ROLLING STONES: BLUE & LONESOME (2016)





Aunque hoy es el día del estreno, ya hemos leído/oído opiniones para todos los gustos , más o menos fundamentadas, y algún que otro encendido debate. Éstas oscilan entre reconocer el disco como el mejor en 40 años de los Stones o en un desacierto provocado por la falta de inspiración que arrastran las últimas décadas. No me sorprende el vapuleo al que el respetable va a someter a este Blue Lonesome, casi es mejor que a la gran indiferencia en la que sumieron el último y mejor disco en solitario de Keith Richards, "Croseeyed Heart" del 2015. Pero vamos a lo que vamos ¿era necesario este disco? Probablemente no, es posible que los Stones ya no sean en sí necesarios, pero ahí están imperturbables e incansables. Por tanto, qué hay en este disco. Lo que hay es una recopilación de lo más acertada del mejor blues eléctrico de Chicago, un disco hecho con ganas de divertirse, teniendo previsto las críticas -malas-; lo cual al mismo tiempo le ha dado alas. Me parece un disco entretenido, digno dentro de la carrera de los Stones, y, esperanzador ¿No es esta la senda que eligieron en los 60 al empezar que los llevó a ser la banda más grande del universo? Os imagináis un disco enorme dentro de algunos años tras recuperar esa senda olvidada. Ilusiones a parte, entremos en el contenido: un enorme homenaje al mejor armonicista de la historia y a uno de esos bluesmen que hicieron del blues su estilo de vida, el gran Little Walter. Se lleva la palma con los temas "Just your Fool" (de 1960), "Blue and Lonesome" (1959), "Hate To See You Go" (1955) y "I Gotta Go" (1955 ); el tema "Ride 'Em On Down" (1955), de Eddie Taylor; dos temas escritos por Willie Dixon: "Just Like I Treat You" (grabado por Howlin' Wolf en 1961) y "I Can't Quit You Baby" (en la voz de Otis Rush -1956); la canción "Commit A Crime" (Howlin' Wolf - 1966); y los temas "All Of Your Love" (Magic Sam - Samuel Maghett, 1967); "Everybody Knows About My Good Thing" (escrita por Miles Grayson y Lermon Horton y grabada por Little Johnny Taylor en 1971); "Hoo Doo Blues" (compuesta por Otis Hicks y Jerry West y grabada por Lightnin' Slim en 1958), "Little Rain" (con letra de Ewart.G.Abner Jr. y Jimmy Reed, y grabada en 1957 por Jimmy Reed). El denominador común es la sensación de directo que da el disco, el gran trabajo de la sección rítmica (mención especial al sonido  marca  Charlie Watts)y la genial voz de Jagger. Jagger está estupendo, en forma se desborda cuando arremete por Howllin Wolf y se contiene cuando le toca por Jimmy Reed. No son virtuosos de los instrumentos respectivos y esos los hace más cercanos y creíbles. Me alegro de que se hayan acordado de Clapton en el tema principal, el mejor ejemplo e ilustre de los pioneros del blues blanco de los 60; cuando en los clubs londinense y en los teatros más grandes al público se le caía la baba escuchando a Willie Dixon o Sonny Boy Williamson. El disco fuera de las listas de lo mejor del año, debido a "cómo", "cuándo" y "por quíen" es una gozada y merece un hueco en cualquier colección de "sus satánicas".




 

viernes, 14 de octubre de 2016

LUKE WINSLOW KING: I'M GLAD TROUBLE DON'T LAST ALWAYS

Los acontecimientos traumáticos que tienen lugar en la vida de muchos artistas han dado lugar a estupendos discos, y, digámoslo así, dolorosos de digerir por lo duro de las vivencias (dos ejemplos recientes lo tenemos en las últimas obras de Nick Cave y David Bowie, esta última traumática hasta para nosotros mismos). Ni mucho menos las experiencias últimas de Mr King son comparable a la de los artistas nombrados, pero sí son claras detonantes para disfrutar de uno de los discos más exquisitos que se han editado en lo que llevamos de años. Tras la separación de su esposa, percusionista y vocalista de en su propio grupo, y los problemas con las drogas que lo llevaron a la cárcel, ha parido su mejor disco por el momento, donde vuelve a esa magnífica fusión de blues, folk, jazz,  cocinado al mismo ritmo que se haría un buen guiso de gumbo con gambas en su querida New Orleans. Con una vertiente más eléctrica, una banda más agresiva y canciones que rompen con el perfil de chico bueno que nos presentaba en sus disco anteriores consigue  hilar sobre las bases fundamentales de las raíces de la música americana un disco notable y de amble escucha. Arranca en "On My Way" con un elemento familiar y que domina a la perfección, un solo de "slide guitar", heredado de su querido Blind Willie Johnson, para adentrarse en ese góspel de lo más molón, que sólo podría hacer un blanco sin caer en el ridículo. "I'm Glad Trouble Don't Last Always" es su grito de guerra en el disco, una manera de mandar al carajo todos los problemas que vienen y quedan por venir y lo hace al golpe de su espectacular slide que se ensalza en un duelo con el resto de la banda, el chico bueno nos enseña su lado más "oscuro". Nunca le pierde la sonrisa a la vida a pesar de que en "Change Your Mind" se percibe el agrio sabor de la derrota y el rencor, si cambias podríamos empezar de nuevo, en referencia directa a la que hasta ahora fue su chica y mano derecha en lides musicales. "Heartsick Blues" es esa recreación del folk de preguerra, es esa canción que habla de la frialdad de la distancia, de la imposible reconciliación tras el dolor, blues por su tristeza que no por su estructura en sí. Qué bien se explica la desesperación con el blues, en ese estilo propio de la rumba  nos planta "Esther Please" muy cercano al clásico de Howlin' Wolf "Killin' Floor". Otro de los temas estrellas, "Watch Me Go", insiste sobre lo mismo y que nadie dude del carácter conceptual del disco; impresionante hammond de acompañamiento y pelos de punta con el bottleneck marca de la casa. "Act Like You Love Me" despierta el lado irónico, haz como si me quisieras y úsame, ahora tenemos a Luke haciendo de un Ray Charles pálido, espectacular, este tema no se ha podido grabar si no es con todos lo músicos a la vez en la pecera. Quizás, como en todo el amargo proceso de separación donde suele llevarse uno grandes decepciones con las personas, su única salida haya sido la propia ciudad de la que se enamoró una vez por accidente, Louosiana (cuentan que tuvo que pasar días en ella ya que en un concierto le robaron todas la pertenencias); a ella le dedica el magnífico "Louisiana Blues" de Muddy Waters. Esperanzador final con ese "No More Crying Today", casi reggae mezclado con un inmenso soul nacido de la  fusión de todas la culturas que puedan entrar por los siglos y siglos en la cabeza de este músico colosal, y lección final magistral de slide. Un disco que a servido de tabla de salvación a Luke Winslow King, y del que hemos salido ganando los demás, así de jodida es la vida.

martes, 27 de septiembre de 2016

DEX ROMWEBER: CARRBORO (2016)

Dex Romweber tiene un lugar de honor en este blog; en su música están la mayoría de las etiquetas que conforman mis gustos musicales. Tanto su obra con el grupo de culto Flat Duo Jet (revisados por en SinAliento en su momento) como sus últimas producciones a dúo con su hermana, son discos esenciales si el rock and roll forma parte de tu fuente de energía vital. Ahí está este cincuentón con su Danalectro blanca y negra, con voz de tenor, renaciendo en las cenizas de Gene Vicent o Elvis, en su lado más oscuro y primitivo o resucitando al mejor Screamin' Jay Hawkins. El título del álbum hace referencia al pueblo donde nació en Carolina del Norte, "Carborro" de apenas quince mil habitantes. Sorprendente el repertorio elegido, donde los temas propios se cruzan con algunas versiones que conviene comentar. En primer lugar, un tema espléndido, una obra maestra en toda regla, "I Had A Dream" de Findlay Brown, al que no he tenido el gusto de escuchar hasta anteriormente pero del que merece la pena investigar algo más a partir de ahora. Igualmente no defrauda con la versión del standard "Smile", del inmortal Chaplin, un tema que te va a venir a la cabeza desde los primeros acordes. "Nightide", "My Funny Velntine", "Midnight At Vic's" y "Out Of The Way" son los instrumentales del disco, dejando patente que el estado vecino de Carolina del Sur fue la zona en el este en USA de mayor arraigo de la música surf. El resto de los temas es su visión bestia y garagera del legado de Johnny Cash, y dese luego que van quedando pocos  tipos como éste que son capaces de acompañarse de un solo instrumento y poner los pelos de punta como con el tema de cierre "Tell Me Why I Do". Su guitarra clavada en la tierra que lo vio nacer, un superviviente que nunca defrauda. 

lunes, 19 de septiembre de 2016

ENDLESS BOOGIE: NOTHING FOR THE WATER (2016)


Sirva de excusa este disco de rarezas, tomas alternativas y versiones en directo para reivindicar a una de las bandas más interesantes del rock actual, dentro de ese subgrupo que se da en llamar "jam bands", es decir, donde es habitual que los músicos se lo pasen casi mejor que los propios oyentes. Es la banda de Brooklyn llamada Endless Boggie, como el título de aquel disco maravilloso de los 70 de John Lee Hooker que no se acaba nunca. La banda que nace como una prolongada versión de bandas de blues southern rock tipo Canned Heat o ZZ Top, pero al mismo tiempo se acerca con más o menos claridad en muchos de sus temas al protopunk fabricado en Detroit por parte de MC5 o Stooges; es más, yo diría que por momentos alcanza cierta oscuridad próxima Black Sabbath o a esos temas de talente más introvertido y psicodélico de gente como Cream, Blue Cheer, Vanilla Fudge, etc. No es una banda al uso de southern rock, eso está claro, definirla así es quedarse corto. A mí me siguen gustando mucho sus dos primeros discos de los cuatro que tiene editado anterior a éste, son "Focus Level" y "Full House Head" dos acertadas experiencias de llevar el sonido del blues del delta a fronteras musicales que podrían rozar el "krautrock". Siempre me ha llamado mucha la atención la presentación del grupo en sus disco, huyendo de lo convencional, mantienen un cierto halo de misterio; como es el caso de la portada de este disco que protagonizan las expresivas fotos de dos rateros reales del siglo XIX.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

BACK IN BLACK: Geno Washington & The Ram Jam Band, "Hand clappin' foot stompin' funky-butt ... live!"


Retomo la actividad en mi rincón favorito, en los último meses bastante olvidado y con ganas de compartir novedades y recuperar la música que más me gusta, gracias a todos los que pasáis por aquí. Empiezo por una sección que trata de reivindicar eternas joyas de lo mejor de la música afroamericana de todos los tiempos.

Geno fue en mi cabeza ante todo esa canción, obra maestra rotunda, de lo Dexys Midnight Runner en 1980. Esa historia que yo creía inventada por el genial Kevin Rowland, que hablaba de un soulman olvidado que triunfaba en los clubs de baile ingleses en los 60, tenía una referencia real en un fenómeno llamado Geno Washington. Fue tal su impacto en aquellos años que su nombre era gritado como indicador de que estaba sonando el mejor y más auténtico Nothern Soul encima del escenario. La mejor parte de su obra es en unión a The Ram Jam Band, banda tributo formado por músicos blancos que soñaban con emular a la mismísima Muscle Shoals. Este es su primer y maravilloso disco de presentación que no es otra cosa que uno de los más salvajes homenajes a la música soul que se ha hecho en la historia presente, un compendio de versiones clásicas del rythm & blues interpretado en vivo, con un ritmo endiablado, sin descanso y bañado por la histeria colectiva de un público puesto a los pies del gran Geno. Un disco que podría seguir muy de cerca en emoción al Live At Apollo o al Sam Cooke At The Copa, y ya son palabras mayores. Clásicos de la Tamla como "Uptight", brutales descargas de temas de su admirado Rufus Thomas, como "Philly Dog" o "Willy Nilly"; asimila perfectamente a su repertorio los rompepistas "You Don't Know" y "Hold On I'm Comin' " de Sam & Dave; es capaz de versionar un tema que en su momento pasó casi inadvertido y convertirlo en un hit, es el caso de su fantástico "Michael (The Lover)". Otro gran hit fue su adopción del "Qué será" de Ray Evans, celebrado por el público con una coordinación en los coros perfecta. La faceta creativa del grupo luce en la manera que va enlazando los temas y creando auténticos middles que no dejan tiempo a recupera el aliento. Ahí lo tengo, metido en la cabeza, e imagino  las caras de asombro de los jóvenes Weller, Daltrey o Stewart delante de una banda y un frontman que por derecho propio hay que encumbrar al nivel de auténticas leyendas. 

martes, 12 de julio de 2016

LA BIG RABIA: LA BIG RABIA 2016

La Big Rabia es toda una referencia en latinoamérica, reúnen toda la furia y el dolor con que una tierra de tantos años de opresión se identifica como herramienta de sublimación una herida abierta permanentemente. De origen chileno, eligen el bolero como arma arrojadiza y elemental para manifestarse emocionalmente, estilo musical con el que cruzan todo lo que se mueva en el compás 4/4 y esto es blues de los pantanos, phiscobilly, rumba, surf.. Su camino tuvo a bien de cruzarse con el de Pedro de Dios (Guadalupe Plata) que se desplaza hasta Chile para producir su homónimo tercer disco y el resultado es un trabajo redondo donde el concepto de sonido directo, crudo y desnudo se impone, consiguiendo canalizar toda esa furia con mayor contención y elegancia que en anteriores grabaciones. El dolor de la pérdida y la locura del desamor hasta la enajenación, son los ejes principales de las canciones. La guitarra de Perico aparece en cuatro temas elevando a una potencia mayor el sofoco e hipnotismo del disco; temas como Blues Malo, Perdida, Quiero Paz, Dime tienen un efecto fulminante en el estado de ánimo, conjurando demonios y mala leche. Herederos directo del arte de Lucho Gatica y The Cramps, este dúo formado Sebastián Orellana (guitarra) e Iván Molina (batería), son la banda sonora perfecta de cualquier psicópata no correspondido, el calor de estos días hará el resto.

domingo, 5 de junio de 2016

WILLIAM BELL: THIS IS WHERE I LIVE

Le veo a esta vuelta del gran William Bell similitudes con aquel regalo que nos dejó Pops Staples en ese testamento sonoro que fue "Don't Lose This" del 2015. Desde luego no se trata de grabaciones rescatadas, esto tiene más redondez, esto es un disco rotundo e inmenso con la brillante producción de John Leventhal. Es el disco soul del año, es un regalo para nuestros oídos, es un ponerte los pies en la tierra, nutrientes para nuestra alma llena de dudas.
 William Bell es mi favorito de los "four fabs" (junto a Cropper, Hayes y Porter) que definieron el sonido soureño y crudo de Stax. Su presencia en el sello de Memphis fue una fuente de éxito y calidad que ha trascendido  hasta la actualidad con numerosas versiones e interpretaciones de sus temas por estrellones del pop (The Byrds, Cream, George Faith, Billy Idol..). Píllate "The Soul Of  Bell", "Wow" y "Bound to Happen" y estarás en el camino.  Estamos ante un disco que no tiene nada que ver con el renacimiento actual de la música negra, ese neosoul tan forzado y previsible. Esto es alimento y descanso para el alma, es reecontrarse con uno mismo, es brisa fresca de las terrazas en verano en el Sur.
De las baladas a los medios tiempos y vuelta a empezar, revisiones de temas y gloria bendita como es ese inicio con "The Three Of Me": Last night I had a dream/ and there were three of me/There was the man I was The man I am/ And the man I want to be...ahí queda eso. La revisión de temas como "Born Under Bad Sing" es la apuesta definitiva de un hombre sabio desde la perspectiva joven de Levanthal, respetuoso con la leyenda pero que deja caer su impronta con una inteligencia tremenda; ha contenido los metales y ha montado los temas sobre riffs de guitara cropperianos. Aquí los temas están firmados por un trío increíble para los tiempos que corren Bell- Marc Cohn - Levanthal, salvo la nombrada "Born..." y la versión del folky Jesse Whichenster "All Your Stories". También tenemos composiciones de la parejita Levanthal - Rossana Cash (su señora esposa), que da como resultado esa maravilla de "Walking In The Tightrope". Insisto en que este disco es muy grande, es mi disco para los próximos meses, un salvavidas, una medicina, una respuesta...

martes, 3 de mayo de 2016

MORELAND & ARBUCKLE: Promised Land Or Bust (2016)

Aaron Moreland y Dusty Arbuckle son los dos miembros fundadores de este magnífico grupo de raíces americanas, renovador del blues y del southern rock que atesoran una buena lista de discos donde la frescura, la juventud y el respeto por la música de sus antepasados  son sus mejores avales. La evolución clara desde su disco debut, Canney Valley Blues (2005), donde prácticamente se presentaban como un formato tradicional de blues acústico guitarra-armónica, hasta este Promised Land Or Bust editado en Alligator Records les convierte en una banda que puede contentar a los más exigentes paladares rockeros. La fuerza de sus temas, subrayadas por la explosiva armónica de Dusty (también genial vocalista) y las guitarras de Arbuckle han tomado cada vez un formato más cerca del hard rock  rock americano más clásico, pero es en la interpretación de los temas más bluseros, donde marcan la diferencia, donde alcanzan mayor intensidad con ese sonido típico del raw-blues más letal. Así,en este disco, tenemos temas como "Take Me With You", "Hannah", "Long Away From Home" que estaría del lado de ese hard rock más mainstream que me aleja un poco; temas de corte más "americana" como "Mounth Confort" y "Waco Avenue" donde dan rienda suelta a su lado más folky; y la caña a la que nos tienen acostumbrado con esos pildarazos de booggie sobreamplificado como si de si de unos renacidos y embrutecidos Canned Heat se trataran en temas como "Mean and Evil", "Long Did I Hide It" y "I Am King Bee" (rescatando al gran Slim Harpo). Si escuchas el tema, por cierto ¡menuda bomba!,  "When The Lights Are Burning Low" ahí se vuelca todo lo dicho. El grupo lo puedes ver, igualmente, encabezando carteles de rock más extremo que del blues más ortodoxo, por algo será. De todas maneras, advierto, que si algún promotor quiere traerlos pero no le alcanza para su caché, que no se olviden  que aquí, en el blues más killer, tenemos a los magníficos Blas Picón & The Junk Express, que andan sobrados de todo esto y más.

lunes, 4 de abril de 2016

THE STEEPWATER BAND: SHAKE YOUR FAITH (2016)

Imposible ser imparcial, The Steepwater Band es una de mis bandas favoritas de rock en la actualidad. La devoción que les  tengo desde  el inmenso placer que tuve al escuchar su álbum del 2008 "Grace and Melody", ese disco que les produjo el ex-Black Crowes, Marc Ford, donde limaron sus asperezas de blues más primitivo introduciendo acordes y sonidos más enmarcados en la familia psicodélica de la costa oeste y en la tradición más melódica del hard rock americano. Esta admiración quedo enmarcada en el 2014, cuando pude catarlos en un fabuloso directo a la estela de su disco en vivo "Live & Humble", donde la guitarra y la voz del inmenso Jeff Massey dieron buena cuenta de la herencia recogida de la escuela Duane Allman/Johnny Winter/Robert Johnson, y esto unido a la eficacia del dúo rítmico Winter-Bowers y al genial acierto de incluir un segundo guitarra, Eric Saylors, hicieron que tocáramos el cielo en aquella noche en Sevilla. 
Este sexto disco, de una carrera salpicada de varias grabaciones en directo y algún que otro EP, no es mejor ni peor que los anteriores, es igual de bueno. Lucen con una producción exquisita de Jim Wirt (Buffalo Killers), pero mucho cuidado, me retuerzo de gusto pensando que esta colección de temas alcanzarán su auténtico cenit en directo, donde se volverán más afilados y crudos. Partiendo de ese arranque inicial con el tema que da nombre al disco, "Shake Your Faith", que se te pega a la suela de los zapatos desde la primera escucha; "Mama Got To Ramble" es eso que te sugiere el título, sin escucharla, ya sabes que es un rock and roll, de esos que te convierten un disco en oro, puro Crowes y aires de Sticky Fingers; "Beat As It May" podría estar en el citado Grace & Melody: coros, estribillos pegadizos, acordes menores, guitarras made in Jeff Lyne; ahí le va a la zaga "Break" y "Bring On The Love", que Massey sabe subrayar con su slide de manera magistral, conteniendo florituras y ajustándose al adorno de la melodía; es indudable el parecido entre la voz de Jeff Massey e Ian Astbury (The Cult), este "Jealous Of Your Way" y el corte ocho, "Walk In The Light",  podría estar sin desentonar en su obra maestra Sonic Temple; "I Will Never Know" nos muestra esa psicodelia pantanosa que practican de manera magistral; "Gone Goodbye" otra bomba que tomará alas en directo, sostenida por el riff poderoso del wha-wha; "Last Second Chance" es ese tipo de tema que crece progresivamente, la gibson enchufada al marshall y la vieja escuela de hard rock americano ; "Ain't Got Love", otra frase que por naturaleza suena a rock, guinda final con intercambio de guitarras entre Sailor y Massey que es una auténtica bendición.
Un dato de interés y para rasgarse las vestiduras: este pasado año, los Steepwater se dedicaron a una gira donde reproducían de cabo a rabo el antológico directo de los Stones, Get Yer Ya-Yas Out.
El complemento perfecto a este "Shake Your Faith" es pegarte un buena dosis de ellos en directo, si pasan cerca de tu ciudad, no lo dudes. 

jueves, 25 de febrero de 2016

BLIND WILLIE JOHNSON REVISITED

En sus pocos más de 45 años de vida, el ciego Willie Johnson dejo unos 30 temas que han servido de lugar común dentro de la historia de la música popular y, en especial, del rock and roll. Escuchar su música produce la misma sensación que entrar en un templo, es ese momento en el que, al margen de creencias, el miedo nos asalta por la presencia de lo desconocido y la carga de la culpa, pero también la sensación de protección, de que ese es el lugar seguro en el que podríamos estar cuando suenen las trompetas del apocalípsis. Es su historia tan triste como el más desgraciado de los blues: su ceguera producto del maltrato maternal, su infinita pobreza que lo hizo mendigar por las calles con su guitarra al hombro y su triste final, desahuciado por una enfermedad a la que le negaban el tratamiento por su doble maldición, ciego y negro.

Dos recientes obras me lo traen a la mente, dos obras que heredan y actualizan el sonido del maestro del slide o, mejor dicho, del knife style (conseguía ese peculiar sonido deslizando la hoja de una navaja, tratando de imitar el lamento de un violín). En primer lugar un disco del que podría ser el guitarrista más importante en lo que llevamos de siglo, Luther Dickinson, que con “Blues & Ballads (A Folksinger’s Songbook: Volumes I & II)” da un golpe maestro al recuperar aquel espíritu inicial que contenía discos de sus North Mississippi All Stars, sin “prácticamente” enchufar los instrumentos, en unas grabaciones que conservan el calor y la cercanía de un grupo de amigos que se reúnen a tocar alrededor de una hoguera. Esos amigos son Jason Isbell, Jim Lauderdale, Amy LaVere, Shardé Thomas, JJ Grey, Charles Hodges, Jimbo Mathus y la maravillosa aparición de Mavis Staples en el tema “Ain’t No Grave”. Es verdad que el disco adolece de cierta discontinuidad estilística, de hecho fue grabado entre Nashville y Chicago con diferentes músicos, y, quizás tenga una duración fuera de lo común , hasta 21 temas. Pero para mí, ambos situaciones son motivos de celebración; pasamos de un sonido básico, a madera Martin -casi se huele- que te dan el calor de las juke-joints, a grabaciones más aguerridas, con retazos suficientes de electricidad que me llevan a las habitaciones de la château Villa Nellcôte, donde Keith Richards se “ponía las botas”. Es un songbook que bien podría ser el legado de un artista en las postrimerías de su vida, pero no, con poco más de cuarenta años ha tenido el gusto hasta de crear un libreto con las partituras de cada canción. Canciones bonitas de verdad como ese inicio con “Harry Up Sunrise” o temas más honky tonk como “Bang Bang Lulú “; el encuentro con su admirado Othar Tuner y su noble parentela en esa joya que es Mean “Old Wind Died Down”; “How I Wish My Train Would Come” es favorita, me llega al corazón con esa mandolina, el grito del tren con un Hammond, bonita de verdad; maestría en el slide en “Let It Roll”, ahí está la evolución del holy blues de Johnson; como un Ry Cooder primerizo se entrega a la pura antropología con el folk más puro, encuétralo en “Mayor Langford”; si Dickinson hubiese hecho disco lleno de de temas como “Blow Out” o “Devilment” lo estaría petando en el “caralibro”. Es en esa espiritualidad que rige toda la obra, las afinaciones abiertas y su gospel brutal donde me acerca al maestro Blind Willie Johnson.

La segunda obra es un homenaje directo al bluesman tejano: God don't never change - The songs of Blind Willie Johnson. Un disco tributo con estrellas del pop, que le deben más que su fama, y si no compara la voz de Tom Waits con la de Johnson. En él hay un breve repaso, pero que cunde sobre sus temas más célebres. Tom Waits lo borda en los dos temas que canta, con su peculiar cacharrería (más comedida que otras veces), “Soul of a man” y “John The Revelator”; otra que saca lustre, bien parapetada por guitarras afiliadas es Lucinda Williams, su “fantasma” de este año es Willie Johnson total en el karma, a ella le toca, además, el tema que da nombre al disco; quizás los más flojos son de Sinead O'Connor y Cowboys Junkies que lo llevan a un terreno pop que le quitan todo el dramatismo; no fallan Maria Mackee y Blind Boys de Alabama en eso gospels fastuosos que son “Mother's Children have a hard time” y “Let Your Shine Light On Me”. Sorprendente la versión de Rockie Lee Jones del “Dark Was The Night, Cold Was The Ground”, un tema instrumental en el que sólo se percibe el slide de Johnson y sus gemidos (algunos expertos aseguran que pronuncia algunas palabras sobre la crucficción), sorprendente porque ella lo canta con una letra que lo aparta del original, casi irreconocible pero precioso también. El disco se completa con Luther “otra vez” Dickinson y Susan Tadeshi que lo bordan en “Bye Bye I'm going to see the king” y el fenomenal “Keep Your Lamp Trimmed And Burnning”

Johnson dejó de grabar allá por 1930, aunque vivió -eso de que vivió es un decir- hasta el 49, supongo que en esos años duros siguió cantando y seguro que tuvo bastantes temas con los que ilustrar la dureza de sus canciones; un tipo que dedicó su vida a cantar a dios y murió sobre los escombros de las ruinas de su propia casa.




lunes, 8 de febrero de 2016

MIRAFLORES: MIRAFLORES (2014)



Esta entrada empieza con un flashback: en él me veo atravesando la barriada de Pino Montano, al encuentro de un amigo con el que con frecuencia quedaba en mis años perdidos de estudios en la universidad de Sevilla. Solía hacerlo andando por eso de ahorrarme unas pesetas de entonces en el bonobus y apretar la exigua economía que me respaldaba. No puedo, por unos segundos, hacer otra cosas que contener la respiración recodando aquel edificio destartalado y angustioso que se levantaba amenazante en aquel recorrido, el manicomio provincial Miraflores; un internado público para enfermos mentales crónicos y agudos, se decía que tenía capacidad para más de mil. Imaginaba con mi colega el guión para un comic o una peli B en el que los "locos" escapaban y llevaban al caos a la ciudad. A mí memoria viene también una pancarta que me inducía a ahondar más sobre esta fantasía; sobre la fachada de ladrillos vistos se podía leer "salta la tapia" y curiosamente algunos carteles que anunciaban conciertos pasados de gente como Pata Negra, Silvio y Barra Libre o Kiko Veneno. Más tarde me enteré que se trataba de una campaña que tenía como objetivo la integración social del enfermo mental en su entorno inmediato. Estos tipo de centros, horribles y que inducía con toda seguridad a más sufrimiento tras sus muros, ya nos existen; mi amigo, tras una leve sonrisa cruel,  decía que lo primero que hacían cuando entraba un "loco" era fumigarlo. A principios de este siglo el centro quedó inutilizado y hoy, como un condenado en el corredor de la muerte, espera a su inmediata demolición. 
La culpa de esto, de reavivar ese extraño recuerdo, lo tiene una magnífica banda de rock sevillana que en el 2014 sacaron su primer disco, y que actualmente siguen de gira promocionándolo, se trata, lógicamente, de Miraflores. Banda nacida al calor de otros grupos independiente de la escasa escena rockera hispalense como Sick Buzos, Salieri, Sr, Chinarro, Batiscafo. Con su disco homónimo Miraflores hacen un viaje hasta el rock más pantanoso avalado por dos ejes principales, por un lado el rock más visceral y primtivo de grupos australianos como Scienticts, Beats of Bourbon o, por citar un contemporáneo, The Drones; y por otro lado la calidad musical y elegancia de los grupos del post-punk ochentero como The Fall, Creepers, Gallon Drunk o The Sound. Además, yo añadiría, la inevitable influencia de Stooges u otros grupos con cierta carga de mala leche garagera como Mudhoney.
De ahí salen once temas descarnados y adictivos, cantados de manera impresionante por Emilio R. Cascajosa (no he escuchado nadie en este país que pueda cantar así), al que se une Jaime Neira a la batería, Javier Neira a la guitarra, Selu Baños al bajo y Ernesto Ojeda a los teclados. Grabado en esa factoría que se está convirtiendo en el auténtico catalizador del rock en el sur, los estudios La Mina de Sevilla. Brutal ese arranque con "Endless Night" que helaría al propio Nick Cave de los tiempos de Birthay Party, en la misma línea que otro tema tremendo, "Bad Vibes" en la que Cascajosa me gana de todas todas, con esos matices vocales desquiciados (insisto, no he escuchado a nadie por aquí hacer esto); "She Says" , "Shake The Pressure" o "Drowning By Stars" son de esos temas que me recuerdan tanto al movimiento británico afterpunk y que invitan inevitablemente a la recuperación tras el trance swamp anterior; y en esa onda más Detroit, se quedan temas favoritos como "Right Now" y "Birmingham". Así hasta once temas que es de lo mejor que se puede escuchar por estos lares,  para nada un disco difícil, oscuro o innacesible; es el rock perfecto para espantar la psicosis, el que podía haber derribado los muros del infame e insano edificio. Escúchalos en su bandcamp.

sábado, 30 de enero de 2016

THE RAUNCH HANDS: RETROSPECTIVA DE UN GRUPO DE ROCK DE LOS 80s

En 1984 justo cuando en las listas de éxitos dominaban engendros como Wham!, Lionel Richie o Madonna, unos tipos deciden que están hartos de ser unos don nadie en la gran manzana y toman la decisión de sus vidas: montar una banda de rock and roll. Y lo que en principio tiene como objetivo primordial beber cerveza y follar gratis, va a dar lugar a la aparición de una de las bandas más influyente, salvaje y gamberra de la infame década. Esta es la historia de The Raunch Hands.
 
Estamos en 1984 y, sin duda, son el trio Mike Chandler (voz y armónica), Mike Mairiconda (guitarrista, que además ha militado en grupos como Devil Dogs, Stepbrothers...innumerables grupos como instrumentista y como productor)y George Sulley (bajo)el auténtico corazón del grupo. Por él pasarán otros músicos, guitarristas y, de manera especial, saxofonistas que darán un toque especial a muchos de sus temas. El arranque inicial del grupo pone el acento en la música de raíces, de ahí que tras el agresivo ataque de guitarras hay una buena base de blues y country. Los conciertos son desmadrados, destaca la guitarra de Mariconda, en la mejor tradición del rock americano que lo convierte en un Fogerty de serie B ganándose el prestigio entre el mundillo del rock undergrond de aquellos años. Os dejo un documento impagable de la locura de aquellos años iniciales (casi inaudible, pero muy esclarecedor):


Sin entrar en la discografía en pequeños formatos (sería inacabable) destacamos su 12" EP, "El Rauncho Grande" editado en Relativity en 1985. Temas propios y formidables versiones de clásicos absolutos y, a priori, alejados del punk-rock  como Ray Charles (Mess Around) y Dr. John (Stop Warning). Y ahí empieza la fórmula: llevar el punk al rythm blues clásico y al revés; joyas del cancionero afroamericano más exitoso se convierte en covers de una fuerza inusitada y que recuerda a la furia de aquellos primeros discos de grupos como Yardbirds o Rolling Stones. Y, curiosamente, si los yanquis nunca nos podrán perdonar la british invasión de los 60, aquí están los Raunch que devuelven el favor, llegando a tener más fama y aceptación en Europa (Francia y España, especialmente) que en los USA. Así que es por aquí cerquita donde, amparándose en la noche ochentera de nuestra particular movida donde hacen estragos y explotan su primer disco y mi favorito, el clásico absoluto "Learn To Whap-A-Dang With The Raunch Hands", del que podéis flipar con este tema:


Pero aquí están temas que harán las delicias de un público fiel, que encuentran en los Raunchos la banda sonora perfecta para sus excesos nocturnos. Kanguroo Juice, What Yer Doin, Getcha Some se convertirán en clásicos de su repertorio. Y desde luego no faltarán covers añejos: Rufus Thomas (Chicken Scratch)  , Andre Williams (Is It True )...Un disco básico de la historia del garaje y del punk-rock, pieza de coleccionista donde empiezan a regalarnos divertidas portadas que marcarán al género garagero, situadas en la estética de los comics de los 50.
Un grupo de este pelaje no podía pasar inadvertido por el cazador de grupos de serie B, Tim Warren, fundador de Crypt Records (Back To The Grave) y los ficha. De manera que los chicos ya tienen un sello a su medida. De ahí nace, en 1989, "Payday". Segunda obra maestra del grupo.



Este temazo es una muestra de lo que te puedes encontrar en su flamente nuevo elepé; temas y sonido más redondo, menos acelerado pero igual de rotundo. Surf, guiños ramonianos y versiones de clásicos ( Sunrays, Mitch Ryder, James Brown, Dick Dale...) convierten al grupo en un eslabón definitivo para completar la historia del rock americano. Otra joya:

A éste le va a continuar, en la misma línea, creo que su disco más conocido para todos (en realidad un mini-elepé), seguro que has visto su portada más de una vez. "Have a Swig", siete temas más para enmarcar y que dicen todo del momento de crecimiento en el que se encontraba la banda. Incluso los veo como pioneros del estilo sleezy que se pondría de moda a finales de los 80. Revisión de temas clásicos y sólo cinco temas propios.



Los directos son acojonantes, la banda más ducha en el manejo de sus instrumentos y un Chandler pletórico acompaña a directos que no pierden ni un ápice de su fuerza y frescura. ¿Quién hubiese pillado esto?


Sus discos del 91 y el 93 siguen siendo necesarios, el rock es la base de un grupo que lucha contra un mercado que empieza a encontrar un filón en las camisas de cuadros pero sigue dándoles la espalda. En Europa, " Million Dollar Movie " y " Fuck Me Stupid" son muy bien acogidos. Ellos lo agradecen con varios discos en directo (uno grabado en España, "Fiesta", cómo no) y recopilaciones en formato CD de sus discos anteriores.


Tras una largar pausa, supongo en la que sus componentes  se dedicaron  a otros menesteres más rentables (hay colaboraciones con otros grupos y especialmente, Mariconda, explota su faceta de productor), vuelven en 2007 con "Bigg Topp". Su último disco hasta la fecha. Ya no están en Crypt Records y seguro que pillaron sus fans dando el biberón a sus respectivos vástagos. A mi me parece un disco muy adecuado, con un sonido muy apropiado para aquella época y con la energía necesaria para haber tenido más éxito. Ya no hay versiones, pero siguen incitando a todo lo prohibido. A mí me parece otra joya, otro pelotazo que, en un mundo-rock en el que se hiciera justicia, debería haber estado en todas las listas de lo mejor del año.
Añoro grupos como éstos, sí que existe un escena underground donde hay grupos que recogen este espíritu, el espíritu del rock and roll en definitva, pero poco asequible y en estado de marginación a nivel de conciertos (o macrofestivales del carajo), sobre todo en ciudades más alejadas de la capital. Raunch Hands forever.
 

lunes, 11 de enero de 2016

BLACKSTAR, ESTRELLAS NEGRAS POR LA MUERTE DE BOWIE


Desde que Bowie publicó su último disco "Black Star" no he parado de leer críticas que buscaban la destrucción del mismo a partir de primeras escucha o más bien "pre-escuchas" que arremetían con furia sobre él con poco fundamento. Otras, más sesudas, se refugiaban en la pedantería para acusar un Bowie pretencioso al que no le perdonaban que fuera una megaestrella del pop.  Es curiosa la perspectiva que está tomando en los medios la opinión sobre el último disco, tras su inesperada muerte, esos mensajes encubiertos que adelantaban su muerte, los temas escabrosos sobre ejecuciones o sadomasoquismo...Y es que vivimos tiempos de "primeras escuchas" de "primeras impresiones", que de manera tan precipitada (con un simple comentario en el facebook) nos permite mandar un disco a la papelera de reciclaje, muchas veces con toda la injusticia del mundo. ¿Dónde estaban los fans de Bowie? ¿Por qué hemos dejado que opinen otros? Muchos, ni comulgantes con Bowie en sus mejores tiempos. ¿Cuántos han valorado este disco en su justa medida? ¿No es acaso una maravilla ese arranque inicial con Blackstar? Detente el en minuto 4.40, en el que el tono dramática de una inminente ejecución da un giro de esperanza y color que sólo un genio es capaz de recrear con un talento compositivo fuera de lo normal. ¿Quién afronta temas oscuros como el sado o la castración con tal maestría? Podrías bailar "Tis a Pity She Was a Whore" hasta el final, sin imaginar el dolor y la oscuridad que lo fundamentan. Nadie va a separar "Lazarus", su siguiente tema, del vídeo clip que se ha difundido. Enorme, porque el talento Bowie  crecía delante de las cámaras. "Mirad arriba estoy en el cielo, tengo cicatrices visibles..." dice con la emoción de una persona que están convirtiendo una canción en su testamento. "Sue" es otro tema que dará que hablar a sus detractores por los arreglos digitales y electrónicos que tanto le critican, pero ahí está también Bowie, amenazante, convirtiendo el crimen en arte, peligroso e inquietante. En la misma línea se presenta "Girl Loves Me". Reconozco la poca conexión con estos temas, que muestran un Bowie experimental pero inquietantemente interesante, con el que sí conecto como fan, como he conectado tras años con su etapa "Berlin" que siempre me pareció fría y con poca alma. Porque todo se perdona cuando llego a un tema de la belleza y sensibilidad de "Dollar Days" y "I Can't Give Everything Away",  joyas, acentuadas por el saxo al que homenajea de principio a fin en el disco, instrumentos favorito del duque. Cuando publicó su anterior maravilla "The Next Day" dije que iba a ser el año de Bowie, me equivoqué, la negra suerte le tenía guardada otra ocasión. La muerte de Bowie me ha llegado en un día raro que me ha ayudado a afrontar la inesperada noticia con cierta calma, sus últimos disco daban pistas de que podríamos gozar de alguna obra maestra más, de un buen puñado de canciones maravillosas e irrepetibles. Espero que haya sido un descanso para él y se haya ido con la seguridad de haber contribuido a hacernos mejores personas con su música.